María de Maeztu fue una pedagoga feminista que nació a finales del siglo XIX y dedicó su vida a la educación de las mujeres, en plena segunda ola del feminismo. Como directora de la Residencia de Señoritas luchó incansablemente por brindar un espacio estimulante intelectualmente que favoreció el acceso de las mujeres a la educación universitaria. Fue defensora del sufragio femenino en España. La guerra civil supondría el final de la Residencia de Señoritas, pero María de Maeztu seguiría desde su exilio en Latinoamérica trabajando por la educación de las mujeres hasta su fallecimiento en Mar de Plata en 1948.
Su vida y su gran logro, la Residencia de Señoritas
María de Maeztu nació en Vitoria (Álava) el 18 de julio de 1881. Fue la cuarta de los cinco hijos del matrimonio formado por Manuel de Maeztu Rodríguez y Juana Whitney y Boné. Sus padres se habían educado en París, donde se conocieron, e inculcaron a todos sus hijos una educación liberal y políglota. Su hermano mayor Ramiro de Maeztu fue un reputado periodista e intelectual que marcaría profundamente a María. Entre 1896 y 1898 estudió en la Escuela Normal de Maestras de Vitoria con excelentes calificaciones. A la edad de 17 años fallece su padre y su madre decide trasladarse a Bilbao y poner en marcha la Academia Anglo-Francesa, donde María de Maeztu trabajó hasta 1902, cuando obtiene por oposición una plaza en una escuela pública de Santander. Pronto se desplazaría a Bilbao para ejercer de maestra en una escuela del barrio de las Cortes, de clase humilde. En 1907 obtiene el bachiller en la Sección de Letras con Premio Extraordinario, y es pensionada por primera vez por la recién creada Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), precursora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, para ampliar sus estudios de pedagogía en Inglaterra en los meses de verano. Continúa con su trabajo en Bilbao mientras estudia Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca como alumna no oficial hasta que en 1909 se traslada a Madrid y se matricula en la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio, que culmina en 1912 con el número uno de su promoción. María de Maeztu es pensionada por la JAE hasta en cuatro ocasiones entre los años 1908 y 1913 para estudiar los sistemas educativos europeos en Gran Bretaña, Bélgica, Suiza e Italia y conoció el reformismo educativo institucionista. En noviembre de 1913 se incorpora al Centro de Estudios Históricos de la JAE, y en 1915 finaliza sus estudios de Filosofía en la Universidad Central de Madrid con Premio Extraordinario.
Precisamente en 1915, la JAE decide trasladar la Residencia de Estudiantes desde el edificio de la calle Fortuny hasta la sede de la calle Pinar, donde sigue actualmente. El edificio de la calle Fortuny pasa a albergar la Residencia de Señoritas y María de Maeztu es su directora desde su inicio hasta 1936. También dirigió desde sus inicios en 1918 la Sección Preparatoria del Instituto-Escuela. Entre 1928 y 1930 fue la única vocal de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Participó en la creación del Lyceum Club Femenino en 1926 y fue la primera presidenta de la Federación Española de Mujeres Universitarias. También desempeñó cargos políticos como miembro de la Asamblea Nacional, vocal del Consejo de Instrucción Pública y miembro del Consejo Nacional de Cultura. En 1932 fue profesora en la Cátedra de Pedagogía de la Universidad Central.
El exilio en Latinoamérica
El comienzo de la guerra civil marcaría un cambio radical en la trayectoria de María de Maeztu. En septiembre de 1936 renuncia a la dirección de la Residencia de Señoritas y en octubre es ejecutado su hermano Ramiro de Maeztu en el cementerio de Aravaca. María de Maeztu decide exiliarse y viaja a la Universidad de Columbia primero y a Argentina después, donde se dedica a la docencia en la Universidad de Buenos Aires. También imparte conferencias en Chile y Uruguay, y escribe libros y artículos de prensa sobre educación y pedagogía. Está preparado su vuelta a España cuando fallece el 7 de enero de 1948 en Mar del Plata.
Comprometida con la educación superior de las mujeres
La figura de María de Maeztu es sobre todo el compromiso y la lucha por mejorar la educación de las mujeres, en todos los niveles. La educación liberal y cosmopolita que recibió de sus padres la cultivó y potenció, poniéndola al servicio de la educación de la mujer, desde la escuela pública donde empezó y el Instituto- Empresa, hasta su gran obra que fue la Residencia de Señoritas. María de Maeztu luchó para brindar a las mujeres, de todas las clases sociales, no solo un cuarto donde estudiar, sino una biblioteca, un laboratorio y todo lo necesario para que las mujeres tuvieran las mismas oportunidades de acceso a la educación universitaria que los hombres, ampliando el horizonte intelectual de las mujeres y conquistando ámbitos públicos nuevos.
El carácter luchador de María de Maeztu lo demostró superando las adversidades que tuvo que hacer frente, teniendo como bandera el conocimiento y dado valor a la educación como herramienta para superar crisis, como la que ella misma y su familia tuvieron que enfrentar con el fallecimiento del padre.
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